EL ÚLTIMO JUGLAR
Un tributo a Alejandro Durán.
“…lo que dice la gente:
Ese negro sí toca, ese sí come nota…”
Siempre comprendió que su canto era un don para alegrar a los hombres
Nunca dejó la abarca y el sombrero y su “apa” reivindicó al campesino sobre la miseria
Despistaba las penas con sagacidad de gato y ante su trova no había lugar para la tristeza
Hombre de tarde en taburete
Mujeres inmortalizadas por el mérito del beso
Palabra sencilla y sonora
Llevaba de pueblo en pueblo la victoria de “Francisco El hombre” sobre la muerte
Simple y sobrio como la tierra
Con una sabiduría de monte que impregnaba a sus notas
Con la elementalidad eterna del agua
Un quince de noviembre el acordeón enmudeció
Señoras llorosas reclamaban el justísimo título de viudas
Decían el disparate que el rey había muerto
Pero él sólo dormía el sueño de la leyenda.
lunes, 7 de enero de 2008
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1 comentario:
Hermoso. Sobrio y poético. Muy buen escrito, como siempre.
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